Por el Lic. Alejandro Wald
Una de las habilidades más importantes que un líder puede desarrollar es la habilidad de la delegación eficaz. Algunos jefes "controladores" raramente delegan tareas, y cuando lo hacen están constantemente encima de sus colaboradores para ver si hacen las cosas de la forma en la que ellos las harían. En el otro extremo, algunos jefes delegan prácticamente todas las tareas en un esfuerzo para evitar el exceso de responsabilidad. Entre ambos extremos hay un balance efectivo. La delegación correcta implica asignar nuevas y diversas tareas a personas que dependen de usted. Es un "contrato" en el cual el líder y su equipo comparten el poder; en este "contrato", el líder provee dirección, determina las responsabilidades de cada persona y el grado de autonomía otorgada para tomar decisiones sin la aprobación del líder.
A continuación hay seis ideas sobre qué tareas delegar:
- Delegue tareas consideradas urgentes, aunque no necesariamente prioritarias. Las tareas que deben hacerse rápidamente pero que no son de gran importancia son buenas tareas para delegar. Si le parece que tiene demasiadas tareas urgentes que hacer pero no tiene el tiempo suficiente para hacerlas por completo, considere la opción de delegarlas.
- Delegue tareas de una dificultad razonable. De nuevo, el balance es la clave en este punto. Cualquier tarea que usted delegue debe representar un desafío que aliente al aprendizaje de nuevas habilidades. Acepte que ocurran algunos errores menores ya que esto es una parte importante del proceso de aprendizaje. De todas formas tenga cuidado en delegar tareas que estén por encima del potencial de aprendizaje del colaborador. No es productivo ceder a alguien una responsabilidad que terminará en un fracaso y socavará la confianza en sí mismo del colaborador.
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Delegue tareas que ayuden a desarrollar la carrera de los otros. Si usted está preparando a alguien para que asuma un puesto de mayor responsabilidad, delegue a esta persona tareas que sean relevantes para su futuro papel. Esta es una buena forma de guiar y evaluar a una persona para una oportunidad de desarrollo, antes de decirle cuál es su idea y comprometerse. Si la persona no demuestra la capacidad o el temperamento necesario, usted no tiene que retractarse después de haberse comprometido.
- Delegue tareas que otros hacen mejor que usted. Sea honesto con usted mismo. Algunos colaboradores que reportan a usted poseen talentos y destrezas que usted puede no tener. A veces sus colaboradores, por estar más cerca de un problema o de una oportunidad, están en posición de tomar mejores decisiones de las que usted tomaría. Este es el tipo de tareas ideal para delegar en otros.
- Delegue tareas que no son centrales para su rol. No delegue tareas que son el núcleo de sus deberes o responsabilidades. Esto podría incluir la fijación de objetivos, la asignación de recursos o la evaluación del desempeño y las decisiones sobre el personal.
- Delegue también las tareas agradables. No delegue aquello que no le gusta hacer. Si usted siempre delega las tareas repetitivas y aburridas, estas tareas serán ejecutadas sin entusiasmo y afectarán la satisfacción en el trabajo. El balance adecuado consiste en delegar tareas agradables y desagradables en la misma medida.
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